ORÍGENES DEL CAMINO NEOCATECUMENAL

Experiencia de Kiko Argüello

Ante esta situación viví una gran sorpresa. ¿Sabéis lo vi allí, en aquella gente? No vi lo que dice Nietzsche, que Dios puede o no puede, yo vi en ellos a Cristo Crucificado. Vi a Cristo en Berta, en aquella otra mujer que tenía el Parkinson, en aquel otro. Vi un misterio: el misterio de la Cruz de Cristo.

semp6.jpg (3636 bytes)
Juan Pablo II y Kiko Argüello.

Charles de Foucauld me dio la formula: vivir en silencio al igual que Jesús en Nazaret; en contemplación, a los pies de Jesucristo crucificado entre aquella gente. Conocí a un asistente social y me enseñó una zona de Palomeras Altas donde había quedado libre una barraca de tablas, que servía de refugio de perros, y me dijo: "métete allí y no te preocupes". Y allí ha nacido pues, un poco todo.(Extracto de la experiencia de Kiko en la Convivencia de Nueva York).

semp7.jpg (14155 bytes)

Porto San Giorgio.

Poco a poco se acercaban y preguntaban: ¿quién es ese que está ahí con la barba y la guitarra? Para unos era uno que había hecho una promesa, para otros era una especie de protestante, porque iba siempre con la Biblia. Los gitanos venían por la guitarra... No sabían quien era y esto les interrogaba a todos.En las barracas de Palomeras conocía entonces a Carmen Hernández, doctora en Químicas y licenciada en Teología que, gracias al liturgista Pedro Farnés Scherer, estaba en contacto con el corazón de la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II y la centralidad del misterio pascual....Forzados por el ambiente de los pobres, el Señor nos hizo encontrar una forma de predicación, una síntesis kerigmática que fue acogida por aquellos hermanos y que creó una "koinonía", una comunidad cristiana. Así nació la primera comunidad entre los pobres (gitanos, analfabetos, mendigos, quinquis, hombres que habían estado en la cárcel, prostitutas, etc.). Esta comunidad, donde se visibilizaba el amor de Cristo crucificado, llegó a ser un signo y gracias al entonces Arzobispo de Madrid, Mons. Casimiro Morcillo, se pudo llevar a las parroquias de Madrid, a Roma y a otras naciones. En las barracas descubrimos el trípode sobre el que más tarde se basaría el Camino Neocatecumenal: Palabra, Liturgia y Comunidad.
(Extracto de la experiencia de Kiko en la Convivencia de Nueva York)

semp8.gif (9211 bytes)

...Lo que quería decir es que Kiko, el Siervo de Yahveh lo tenía muy enraizado, pero allí lo que ya lo llevé en bandeja, y no por mí -no es mío-, fue el Concilio Vaticano II, la Pascua y la Resurrección de los muertos. El primer canto que hizo en las barracas fue el "Siervo de Yahveh"; hasta que llegó al "Resucitó" fueron dos años de lucha y pelea que tuvimos, hasta que entró en el dinamismo de la Pascua. Y la Pascua ni me la he inventado yo, ni tampoco Farnés, sino que ha sido la labor inmensa de todo el Movimiento Litúrgico y todo el Movimiento Bíblico, que ha fermentado en el Concilio y que se ha puesto en marcha en el Concilio. Yo siempre estaba con Kiko, pero no me fiaba de él un pelo. Sólo me convenció el día en que llegó allí el arzobispo de Madrid, Mons. Morcillo, que fue otro milagro que sería interesante contarlo. Entonces comencé a colaborar con Kiko fiándome más de él cuando vi a la Iglesia. Mons. Morcillo fue un verdadero don de Dios. Él nos mandó ir a las parroquias...
(Experiencia de Carmen en la Convivencia de Nueva York)

página inicio