ORÍGENES DEL CAMINO NEOCATECUMENAL
Experiencia de Kiko Argüello Ante esta situación viví una gran sorpresa. ¿Sabéis lo vi allí, en aquella gente? No vi lo que dice Nietzsche, que Dios puede o no puede, yo vi en ellos a Cristo Crucificado. Vi a Cristo en Berta, en aquella otra mujer que tenía el Parkinson, en aquel otro. Vi un misterio: el misterio de la Cruz de Cristo.
Charles de Foucauld me dio la formula: vivir en silencio al igual que Jesús en Nazaret; en contemplación, a los pies de Jesucristo crucificado entre aquella gente. Conocí a un asistente social y me enseñó una zona de Palomeras Altas donde había quedado libre una barraca de tablas, que servía de refugio de perros, y me dijo: "métete allí y no te preocupes". Y allí ha nacido pues, un poco todo.(Extracto de la experiencia de Kiko en la Convivencia de Nueva York). Porto San Giorgio. Poco a poco se acercaban y
preguntaban: ¿quién es ese que está ahí con la barba y la guitarra? Para unos era uno
que había hecho una promesa, para otros era una especie de protestante, porque iba
siempre con la Biblia. Los gitanos venían por la guitarra... No sabían quien era y esto
les interrogaba a todos.En las barracas de Palomeras conocía entonces a Carmen
Hernández, doctora en Químicas y licenciada en Teología que, gracias al liturgista
Pedro Farnés Scherer, estaba en contacto con el corazón de la renovación litúrgica del
Concilio Vaticano II y la centralidad del misterio pascual....Forzados por el ambiente de
los pobres, el Señor nos hizo encontrar una forma de predicación, una síntesis
kerigmática que fue acogida por aquellos hermanos y que creó una "koinonía",
una comunidad cristiana. Así nació la primera comunidad entre los pobres (gitanos,
analfabetos, mendigos, quinquis, hombres que habían estado en la cárcel, prostitutas,
etc.). Esta comunidad, donde se visibilizaba el amor de Cristo crucificado, llegó a ser
un signo y gracias al entonces Arzobispo de Madrid, Mons. Casimiro Morcillo, se pudo
llevar a las parroquias de Madrid, a Roma y a otras naciones. En las barracas descubrimos
el trípode sobre el que más tarde se basaría el Camino Neocatecumenal: Palabra,
Liturgia y Comunidad. ...Lo que quería decir es que Kiko, el Siervo de Yahveh lo tenía
muy enraizado, pero allí lo que ya lo llevé en bandeja, y no por mí -no es mío-, fue
el Concilio Vaticano II, la Pascua y la Resurrección de los muertos. El primer canto que
hizo en las barracas fue el "Siervo de Yahveh"; hasta que llegó al
"Resucitó" fueron dos años de lucha y pelea que tuvimos, hasta que entró en
el dinamismo de la Pascua. Y la Pascua ni me la he inventado yo, ni tampoco Farnés, sino
que ha sido la labor inmensa de todo el Movimiento Litúrgico y todo el Movimiento
Bíblico, que ha fermentado en el Concilio y que se ha puesto en marcha en el Concilio. Yo
siempre estaba con Kiko, pero no me fiaba de él un pelo. Sólo me convenció el día en
que llegó allí el arzobispo de Madrid, Mons. Morcillo, que fue otro milagro que sería
interesante contarlo. Entonces comencé a colaborar con Kiko fiándome más de él cuando
vi a la Iglesia. Mons. Morcillo fue un verdadero don de Dios. Él nos mandó ir a las
parroquias... |