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ELUSIÓN o VICTORIA

Suena a estreno en cines pero en realidad esta película ya se viene proyectando desde hace un tiempo, por no decir, desde el inicio del primer sistema fiscal (Egipto 2.500 A.C,).

Tomar decisiones fiscales fuera de la normativa legal, es decir, ilegales, es decir, defraudar, viene siendo una práctica demasiado común por los siglos de los siglos. Y quién más rentas genera, más posibilidades tiene de llevarlas a cabo; también hay que entender que la tentación es mucho mayor. Bien, pues a esto se le llama evasión fiscal. Que no debemos confundir con la práctica también antiquísima pero ahora muy de moda llamada elusión fiscal, comportamiento de quien utiliza una norma tributaria de manera distinta al fin para el que ha sido desarrollada por el legislador, para conseguir no pagar impuestos o pagar menos. Siendo una acción lícita se consigue un resultado contrario a la norma.

¿Quién no ha tomado decisiones fiscales muy al límite, pero dentro de la normativa legal? Autoliquidación incorrecta para acceder a una ayuda, corrigiendo la misma tras su consecución; ventas que encubren donaciones, préstamos que son donaciones o aportaciones al capital de una sociedad, domiciliar la sede social en países con menor tributación, las mismas SICAVs, etc

Es evidente que la carga fiscal sería o debería ser, mucho menor en cualquier país donde la Administración Ejecutiva se proponga y apruebe unos presupuestos de gastos necesarios, suficientes y justos, para alcanzar la “calidad de vida” deseada por sus ciudadanos y para cuyo cumplimiento, que evidentemente deben venir financiados por unos ingresos obtenidos de los propios ciudadanos, a través de un sistema impositivo también justo y proporcionado según las posibilidades de cada uno que le permita mantener un poder adquisitivo ajustado a su capacidad de obtener rentas como mérito a su dedicación y esfuerzo.

Pero ¿qué ocurre cuando, una parte importante de la población pone en práctica, entre otras cosas, la evasión fiscal? Pues que la carga fiscal aumenta desproporcionalmente, recae sobre los justos y los que menos posibilidades tienen de evadir, y promueve la elusión fiscal.

Para estos últimos, antes de llegar ahí, ahora y antes de fin de año, pueden parar, pensar, informarse y hacer números.

Cómo cada año, recomendamos. Amortizar anticipadamente parte del crédito de adquisición de la vivienda habitual hasta los 9.040,00€ por titular. Tener a mano la documentación necesaria relacionada con la inversión en mejoras de eficiencia energética de la vivienda. Estudiar la mejor fecha para alquilar una vivienda si el inquilino va a ser menor de 35 años. Aprovechar para generar plusvalías si ya se tienen pérdidas materializadas de valores. Buscar transformar retribuciones salariales dinerarias por otras en especie exentas. Realizar durante este mes los donativos previstos. Si has trabajado en el extranjero, confirmar que el pagador ha hecho su trabajo para ganar la exención.

Y elegir, elusión o victoria. Cuando estas sean opciones reales.

 

Let’s GO

 

Gabi Martínez
Economista
Martínez Abad Consultores
Grupo ACE

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